jueves, 11 de marzo de 2010

Un lugar sencillo donde pueda dejar algo

Nunca me gustaron los blogs. Siempre me parecieron objetos que las personas usan para hacerse ver mejores de lo que son y para ganar un sentido de importancia.

Antes tuve un blog pero lo mantenía por diversión mas que por cualquier otra cosa. Las cosas con el tiempo terminan, y el tiempo le llego a mi blog en su época. Varias veces trate de resucitarlo y nunca pude sentirme del todo "lleno" con las alternativas que tuve a la hora de hacerlo. Es tan difícil llamar la atención en la Internet hoy en día.

Un buen diseño, buenas imágenes, una cara bonita. Miles de blogs que están llenos de personas que realmente no tienen idea de que están escribiendo, y terminan escondiéndose detrás de palabras grandes, textos profundos, pero sobre todo: vagos. Si alguien quiere decir lo que piensa, trata de ser poeta. Los que tratan de ser poetas, quieren tratar de decir lo que piensan, y es en el medio de esas dos cosas donde encontramos la típica entrada del blog cotidiano y mediocre.

Yo estoy harto de los colores, las imágenes, los diseños rebuscados, y de las mentes rebuscadas. Quiero un mundo virtual que sea virtual de verdad. Épocas de chat en terminales telnet, chats de IRC, no este mundo lleno de colores, imágenes y animaciones que tratan de hacer tangible una sociedad que no existe, pero que sin embargo tiene el poder de alterar nuestro estado de mente, y nuestra forma de percibir la realidad.

Ustedes no pueden tocarme, ni escucharme, ni sentirme, pero desde este momento saben lo que pienso y una parte de mi estará por siempre en ustedes, quiéranlo o no.

La humanidad descubrió la telepatía hace bastante tiempo.

2 comentarios:

  1. Disculpá que irrumpa así, soy una mera transeúnte internetiana.

    Quería nomás dejar un comentario porque supongo que encuentro un poco de algo en esto que escribiste. Tengo un blog, vacío, como corresponde. El ruido y la vida en general me aturden. Buenas palabras las tuyas. Algo recomendable? La escena en la película Babel dónde el personaje de Rinko Kikuchi, sordomuda, entra a una disco jodídisima en Tokyo.

    En fin. Vos no sabés quien soy, y yo tampoco, y creo que esto puede constituir una pequeña invasión a la privacidad. Sólo quería dejar un acknowledgement, oh humano sapiente.

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  2. En la internet no existen las invasiones a la privacidad. Gracias por tus palabras estimada anonima.

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