Todas estas personas que practican en su vida el control, el análisis absoluto, el querer quitarle la importancia a lo negativo, y querer encontrarle lo negativo a lo bueno, son personas que están destinadas a sufrir sin alguna razón aparente, sencillamente porque son una de las peores clases de personas que pueden existir: Los reprimidos.
En algún punto de nuestra evolución como humanos, a alguien se le ocurrió decir que mostrar sentimiento es una señal de debilidad. Y hoy en día son demasiadas cosas las que nos afectan. El camino fácil es decir que nada importa, y pretender que todo esta bien, pero la realidad es que por pequeño que sea algo que nos incomode, y tal vez en serio lo sea, es algo que queda dentro nuestro, y se va acumulando con muchas otras cosas que se dejan de lado.
Llega un punto donde lo no entendemos que es lo que nos pasa y lo único que realmente nos queda es llorar sin razón y pegar un grito al aire. Háganse un favor: rían y lloren cuando es necesario, el no hacerlo, cada vez, nos vuelve menos humanos.